Las plazas madrearon nudos blancos
en los ojos de las palomas.
Hoy las sandalias levantan polvo
y el cielo se completa
con la desnuda boca de los ciertos.
Corrió la voz y los nudos
madrearon manos.
Pañuelos al margen de la espera.
No hay campanas que se agiten;
no hay balcones,
sólo palomas y ojos nudosos.
Hoy la plaza blanca madreó blancos en las alas
y llamó pan a las palomas,
y hambre
a la sal de los vertidos.
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