-Si me regalás la luna, seré tuya para siempre. El hombre le bajó la luna y la mujer murió aplastada.
El hombre, estafado, no sabe qué hacer con la luna y otro cadáver en su patio.
Dejá, no te pongas el saco. Aflojate la corbata y ponete las chancletas; dale, vamos a charlar un rato. De música, poesía, no sé... de todo un poco. Yo te propongo los temas y vos me mandás un mail con las críticas y así vamos, de lengua en lengua. Animate, esta vez invita la casa... ¿solo o con azúcar...?
Horacio: Me encantó.. corto, claro y directo! Y ahora que hace con la luna??? Me gusta tu blog y te seguiré!
ResponderEliminarUn abrazo