Nunca ha sido un juego este riesgo de nombrarte
Aprender a mirarme en el rostro de esa voluntad
que por insistir en alejarme
me acerca más.
Nunca estoy demasiado lejos ni demasiado cerca.
Manotazos al aire;
y las bocas un rumor, un viento de nada.
Cada vez
recuerdo
calculo el salto:
mido la distancia tomo carrera cierro los ojos abro la boca.
Me lanzo.
Y
Cada vez
recuerdo
que salto hacia vos
caigo en tu costado.
Quizás sea por insistir en jugar
a este riesgo de nombrarte.
Ahora sí, ¡Qué buen libro! Te felicito, un placer leer tus poemas.
ResponderEliminarCariños!