En la calle aprendiste que sólo se gana a medias;
pura sobra metafísica y por allá va la comedia.
Con un pie en el tren mandás salud a los compadres;
los mismo que afilan colmillos cuando el andén arde.
Te manejás con la soga que tendieron tus semillas;
a poco de andar el viento, se masacran por tu silla.
Sólo eso y nada más.
Eso y nada más.
Nada más.
Nada más.
La vida siempre será un anagrama de la otra;
el viento te desarma las pistas que te provocan.
Andá para atrás, pibe, que en el fondo hay lugar.
La muerte, un pescado y vos, se disputan la ventanilla.
Esta vez te tocó viajar solito en el furgón de cola.
Gajes del oficio, mi amor, o gajos de la memoria.
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