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lunes, 23 de mayo de 2011

La corchea y el oxímoron: "Cómo mata el viento norte"



Cómo mata el viento norte
Álbum: La máquina de hacer pájaros
Año: 1976
Carlos Cutaia: teclados
Charly García: teclados y voz
Oscar Moro: batería

La Máquina de Hacer Pájaros es la banda de Charly García tras la disolución de Sui Generis. Es un proyecto novedoso que abandona el folk tan exitoso del dúo para orillar el rock sinfónico. En su corta vida tuvo dos discos editados: "La Máquina de Hacer Pájaros" (1976) y "Películas" (1977).
«En este grupo hacía lo que me gustaba», recuerda Charly. Influenciado por en rock "elaborado" de Steely Dan y el sinfonismo de Genesis, Charly García logró dar forma a una de las mejores bandas argentinas en el género. «Eramos el Yes del subdesarrollo», sintetiza García. Pero, en aquella época, ninguno de los dos LPs de La Máquina de Hacer Pájaros alcanzaron el éxito anhelado, sino que debieron esperar un tiempo para ser reconocidos. La Máquina fue el intento más complejo y profundo de rock sinfónico en la Argentina, y en él, García introdujo la novedad de dos tecladistas simultáneos. Quizás este nuevo estilo fue la mayor barrera entre el grupo y el público, habituado a Sui Generis.

Todo lo que hacemos tiene un doble sentido; por ejemplo, esta dulce y bucólica canción de Charly nos induce a pensar que la banda no desea involucrarse con “la miseria del mundo hoy”; sin embargo echemos una ojeada al otro sentido o lectura para ver qué descubrimos.

Como mata el viento norte
cuando agosto está en el día,
y el espacio nuestros cuerpos ilumina.
En principio, “mata” era una palabra usada tanto para decir que algo estaba muy bueno, como por ejemplo: “¡esa moto mata, loco!”, o en su función literal, matar a una persona. Por un lado, en marzo del ’76 se hizo cargo del gobierno la dictadura de la junta militar, encabezada por Videla, en agosto la represión, desaparición, tortura y muerte a estudiantes, profesores, gremialistas, trabajadores, etc., estaba en su clímax. Por otro lado, el viento norte, en nuestras latitudes, es considerado como un viento que trae calamidades, pestes, muy malo para los cultivos, etc., como mínimo un poderoso viento caliente y fuerte, insoportable; el Zonda es un buen ejemplo. Uniendo ambos conceptos, podemos insinuar que el “viento norte” funciona en estos versos como la dictadura de la junta militar y que cada vez que “ilumina” un cuerpo, en realidad, lo “mata”.

Un mendigo muestra joyas
a los ciegos de la esquina,
y un cachorro del señor nos alucina.
La gente, desesperada, sobrevivía como podía. Hubo, en particular, un grupo de “buchones” (“mendigo”) que no eran más que civiles que delataban o señalaban (“muestran joyas”) las actitudes sospechosas de determinada persona a los encargados de reunir información para el gobierno (“los ciegos de la esquina”); éstos, además de reunir la información se encargaban de verificar que los datos eran ciertos, para pasárselos después a los agentes del aparato represivo, encargados del secuestro o la tortura (“cachorro del señor”); finalmente, cuando “un cachorro del señor” nos “alucina” (nos “chupa”), estamos perdidos.

Háblame solo de nubes y sal
no quiero saber nada
con la miseria del mundo hoy.
Ante dos estrofas tan cargadas de dolor y espanto, ante tanto disfrazar las letras para poder decir algo, ante tanto desastre organizado, García decide no enterarse por un día, por un puto día, “de las miserias del mundo hoy”.

Hoy es un buen día
hay algo de paz,
la tierra es nuestra hermana.
García se va, se evade, García vuela, hasta quizás haya fumado más de la cuenta, pero… ¿quién de ustedes puede arrojar la primera piedra? ¿quién de ustedes puede juzgar a un alma sensible que para poder cantar lo que lo mortifica, tiene que disfrazar todo para que no lo “chupen”? Yo no me atrevo, es más, besaría su frente, para calmar su dolor.

Marte no cede, al poder del sol
Venus nos enamora,
la Luna sabe de su atracción.
“Marte”, el “Sol” y “Venus” son, simbólicamente hablando, los tres miembros de la junta militar. Recuerdo muy bien que se demoraron unos días en declarar quién iba a ser el presidente de la junta militar, ya que los tres se disputaban tan honorable cargo. Finalmente, el general Jorge Videla quedó a cargo de la junta, pero con un gran resentimiento por parte de los otros dos que, de hecho, continuamente se contradecían o le hacían la vida imposible a Videla disputándose el poder.

Mientras nosotros morimos aquí,
con los ojos cerrados
no vemos más que nuestra nariz.
Esta estrofa es más que elocuente, mientras el pueblo combate y muere, el resto vive “con los ojos cerrados” no quieren saber nada, se obligan a no “ver más allá de su propia nariz”. Es cierto, amigos, cada cual, como dije antes, sobrevivía como podía, pero si hay algo de lo cual estoy avergonzado como argentino, es habernos callado la boca cuando sabíamos perfectamente lo que estaba pasando. Es más, dos años después, en 1978, medio país se reunió en la Plaza de Mayo ¡Para festejar el triunfo argentino en el mundial de fútbol! ¡Nada importaba más que el mundial! ¡Qué lástima que sentí por ellos! Por todos aquellos que se auto convocaban para festejar el triunfo de un mundial de fútbol, pero eran incapaces de reunirse de a dos para hacerle frente a la dictadura… Fuimos una manga de hipócritas y de cobardes…

Señor noche, se mi cuna,
señor noche, se mi día,
mi pequeña almita baila
de alegría, de alegría.
La última estrofa es una genialidad de ironía y sarcasmo, una licencia de Charly, ante tanto horror.

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