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lunes, 31 de enero de 2011



Buenas noches, Beirut
Intérprete: GIT
Autor: GIT
Álbum: GIT
Año: 1984
Alfredo Toth: bajo y voz
Pablo Guyot: guitarra
Willy Iturri: batería y voz

Pablo Guyot y Willy Iturri tocaban juntos en Banana, una banda que duró cuatro años y logró cierta repercusión en los pubs del Gran Buenos Aires. Alfredo Toth venía de integrar Los Gatos Salvajes, Los Gatos. Fueron invitados por Raúl Porchetto para ser su banda soporte en 1980, para la presentación de "Metegol". Cuando decidieron independizarse como trío, Charly García convocó a Iturri para su disco "Yendo de la cama al living". Guyot se incorporó entonces a Zas y Toth tocó con Fantasía y con Piero. En 1983 decidieron grabar un demo para difusión radial y Charly García los convocó nuevamente para grabar "Clics Modernos" (1983) y "Piano Bar" (1984). Sus primeros simples son "Oh mi amor" y "Acaba de nacer", que conducirían a la grabación de la primera placa propia: "G.I.T." (1984), con producción de García. La segunda placa llamada "el disco negro de GIT" fue duramente criticada por la prensa, pero alcanzó cifras muy altas en ventas. Fueron la primera banda argentina en editar un disco en Estados Unidos. Lograron revertir el desgaste natural de 4 años de éxito para grabar "Primera sangre" y encarar otra popular gira por Argentina y Estados Unidos. Tras una separación de cuatro años, retornaron a las salas de ensayo en 1992 y dieron forma a "Distorsión". Luego de muchos años de silencio, en el verano del 2010, concretaron el regreso en el Cosquín Rock, donde anunciaron una gira nacional.

Con el dolor en la piel
y el miedo en el corazón
Desde el vamos, el yo lírico habla desde el punto de vista de un habitante de Beirut que no tiene nada que ver con los sangrientos sucesos que acontecen en su ciudad, es decir ama a su dios, pero no está dispuesto a derramar tanta sangre en su nombre; ajeno totalmente a la guerrilla, en la época más ardiente, habla desde su piel y desde su corazón. Tiene miedo y siente dolor porque está despierto (en el plano simbólico) y jamás justificaría una guerra religiosa. Por otro lado, esta canción fue compuesta en el año 1984 y, aún hoy, Beirut sigue siendo un conjunto de ruinas bombardeadas continuamente.

Con la muerte en la sien
el llanto es oración.
La muerte puede llegar en cualquier momento, porque seas del bando contrario o porque no tomas partido en la contienda. No obstante, lo único que le queda a este habitante de Beirut es llorar y rezar… Llorar y rezar por él, por los suyos, para que todo acabe de una vez. Una vez más, en pleno caos, miseria y muerte, el habitante de Beirut no tiene más opciones que rezar; el llanto, ante tanto salvajismo, se convierte en oración.


Entre la guerra y la fe
películas de terror.
¿Qué convirtió a Beirut en una salvaje zona de guerra? ¿Por qué una ciudad sin atractivos turísticos, económicos, sociales o políticos, es disputada sin piedad por decenas de grupos religiosos, antagónicos y fanáticos? ¿Quieren saber la respuesta? Pues, Beirut es desbastada por razones “religiosas”, si, tal cual lo escribo. Y yo me pregunto… Habiendo tantos dioses en la contienda, ¿ninguno de ellos tiene la suficiente misericordia para detener todo este desastre? ¿Qué clase de Dios puede permitir semejante ultraje en su nombre? ¿Acaso vale la pena? ¿Cómo es que no va a haber una película de terror entre la realidad y la fe? La película de terror se ubica en el centro de la cuerda que se trenza entre los dioses y la desaforada  guerra… ¡Oh, Dios! ¿O debo decir dioses? ¿Por qué no la cortan un poco?

¿Cuándo acabará?
¿Cuándo acabará?
¡Oh, Dios!
Quiero que apaguen ya la película de terror, no me anima ni me atrae, sólo me desconcierta, me desubica ¿Por qué nadie apaga la película y nos vamos todos tranquilos a casa? Porque en estos países de oriente medio no puede haber un solo Dios, sino tantos como interpretaciones fanáticas se hagan de las tablas de la ley. ¿Cuándo acabará? se preguntan los habitantes de Beirut ante tanto desastre. Insisto ¿Vale la pena una sola gota de sangre por un poco de fe? En verdad, no tengo una respuesta para ello, en este sentido estamos como en la Edad Media, cuando la Iglesia tenía tanto poder sobre los reinos que podían obligarlos a empresas tan utópicas como la recuperación del Santo Grial, cuando en realidad lo que querían era recuperar la Tierra Santa… Toda guerra tiene un por qué, el tema es que ninguno la justifica.

La oscuridad también es
mil ojos que ya no ven.
Enceguecidos por la beligerancia y el salvajismo religioso, la oscuridad ya no es sólo la falta de luz, sino los ojos desorbitadamente fanáticos de aquellos que combaten, ciegos, contra sus propios hermanos para hacer prevalecer a su dios. A esta altura, me pregunto ¿será sólo una guerra por motivos religiosos? ¿no hay nada escondido detrás de tanta masacre? El oriente medio es muy codiciado por los grandes del planeta, porque por ahí pasaría el caño que llevaría petróleo desde Arabia a los EEUU… “Dejemos que se maten solos, y a los que quedan los matamos nosotros…” Deben estar pensando los grandes… “Mientras tanto usemos la guerra religiosa como pantalla…” “La oscuridad también es mil ojos que ya no ven” La ignorancia y el fanatismo hicieron el resto…

Y nadie puede dormir
con el infierno en los pies.
Más de lo mismo; ¿qué habitante de Beirut, que se considera fuera de esta guerra, inocentes niños, resignados ancianos, puede vivir tranquilo con un infierno en los pies? Quisiera aclarar nuevamente, no son dos bandos, uno contra otro, sino mucho peor son varios bandos que se disputan la supremacía de su propio dios.

¿Y cuántos han matado
en nombre de su Dios?
Finalmente, el yo lírico se pregunta “¿cuántos han matado en nombre de su Dios?” Y la pregunta es válida porque nadie… absolutamente nadie, sabe la respuesta.


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